Cómo hacer un Café Vienés
Todos hemos oído hablar montones de veces del café vienés aun no habiendo estado en la capital de Austria, pero no todo el mundo tiene claro qué es y cómo hacerlo.
Hasta un pequeño y sencillo deleite como es el café vienés cuenta con multitud de versiones según sea la cafetería, o según se despierte el camarero de cualquier rincón del mundo.
Una de las razones es que el café vienés es un tipo de café internacional que cualquier garçon du café debería conocer y saber hacer en casi cualquier lugar, y otra, que a todos nos gusta pervertir las recetas dándoles nuestro pequeño toque.
Si no tienes claro cómo hacer un café vienés a pesar de haber consultado ya varias recetas, es porque en una elaboración de tan pocos ingredientes como ésta, un añadido extra significa irse por otros derroteros.
Sí, puede que un café vienés con su miel, con su taponcito de whisky o con café con leche en vez de con café solo, esté delicioso, pero entonces no es un café vienés. Un café vienés es esto:
Y si tienes 20 segundos, enseguida vas a saber cómo hacer un buen café vienés…
Receta: Café Vienés
Más que una bebida para el desayuno, un café con nata es una merienda de golosos o incluso un postre para iniciar una agradable conversación.
Ingredientes para hacer un Café Vienés:
- 1 café doble
- Nata Montada muy fría
- 1 cucharadita de azúcar (mejor si es de caña o moreno)
- Cacao puro en polvo o fideos de chocolate o canela en polvo (opcional)
- 1 barquillo (para decorar)
Cómo elaborar un Café Vienés:
- Haz el café en una taza o vaso transparente. Añade el azúcar y remueve.
- Añade nata montada fría por encima (si es nata casera, métela en una manga o bolsa de plástico y corta la punta) hasta llegar al borde de la taza.
- Opcionalmente, se pueden añadir unos toques de cacao puro en polvo, canela o fideos de chocolate por encima.
- Coloca un palo de barquillo y sirve de inmediato.
Tiempo de preparación: 1 minutos
Tiempo de cocción: 1 minutos
Veredicto:
Como el mejor de los postres, un café vienés es uno de esos goloseos que cuando aparecen en la mesa, generan comentarios del tipo: «¡alaaa, cómo te vas a poner!». Y claro, esos comentarios los suele hacer el mismo que, al cabo de un rato, pregunta si él también puede tomarse uno… Sabes de quién te hablo, ¿a que sí?
El café vienés se puede hacer con café caliente o frío, pero en cualquiera de los casos, la nata debe estar muy fría en el momento de echarla, para que no se nos desmorone al instante.
En todo caso, al entrar la nata en contacto con el café, éste se teñirá y mostrará la apariencia de un café con leche, como es lógico. Por eso no tendría sentido hacer el café vienés con café con leche, y por eso hay que servirlo de inmediato.
Por último, como sé que nuestros amigos latinoamericanos me lo van a preguntar, me adelanto: la nata es crema de leche. ¡Buen provecho!
excelente receta
Gracias. No es más que la reproducción de un clásico. Un saludo.