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8 mentiras sobre el zumo de naranja

De falsas creencias está nuestra cultura alimenticia llena, y hoy estamos aquí para desmontar una de las más gordas: las mentiras sobre el zumo de naranja natural.

Todos hemos oído alguna vez a nuestras madres y abuelas aconsejarnos comer naranjas para no resfriarnos o para evitar cogernos una gripe. Algunos lo hemos oído tanto, que incluso hemos llegado a sentir superpoderes después de meternos una sobredosis de naranjas y mandarinas. Sin embargo -y esto ha sido para un servidor un palo a la altura de la verdad sobre los Reyes Magos-, los que entienden de esto acaban de echar por tierra toda la sabiduría popular que elevaba al zumo de naranja a la categoría de elixir de la eterna juventud.

Pero si tiramos del hilo, podemos recopilar hasta 8 mentiras sobre el zumo de naranja (sobre sus supuestas propiedades e inconvenientes), tal y como explicó hace algunas semanas Irene Bretón -de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición- en el programa de Radio Nacional de España «Esto me suena: las tardes del ciudadano García»:

1. «El zumo de naranja previene la gripe»

Según parece, la ciencia no ha podido demostrar la relación entre mantener unos niveles de vitamina C óptimos, y el reforzamiento del sistema inmune frente a gripes, catarros, bronquitis, laringitis, etc.

Zumo de naranja
No, las miradas bonitas tampoco se logran bebiendo zumo de naranja.

2. «El zumo de naranja ayuda a bajar la fiebre»

Y si no funciona como preventivo, tampoco se le conocen propiedades medicinales a las naranjas que nos permitan bajar la fiebre ni acelerar el proceso de recuperación de cualquiera que padezca alguna de las enfermedades citadas.

3. «El zumo de naranja ayuda a quemar grasas y a adelgazar»

La pócima mágica para quemar grasas y adelgazar admite multitud de variables en forma de bulos, mentiras y burradas que se alimentan de la fe de los más ilusos y del peligroso culto al «por si acaso» de los más escépticos.

4. «El zumo de naranja es el alimento más rico en vitamina C»

Junto con el resto de cítricos, es uno de los que más aportes tienen en vitamina C, pero existen otros alimentos como los kiwis, las fresas, el perejil, los pimientos, los arándanos, las espinacas, el brócoli, etc.; que aportan tanta vitamina C como las naranjas.

5. «El zumo de naranja es malo para el esmalte de los dientes»

Si se han creado mitos con sus beneficios, con sus posibles perjuicios no es para menos, y en este sentido, el tema del deterioro del esmalte dental es una de las falacias más injustamente extendidas con respecto al zumo de naranja natural.

6. «El zumo de naranja es perjudicial para el hígado»

No sé de dónde puede venir este rumor, pero también es falso. Más que las monedas de chocolate.

7. «El zumo de naranja no es recomendable para diabéticos»

Los aportes de azúcar de la fruta en general son altos, pero tomada de forma directa (sin ser convertida en zumo) y de forma moderada, las naranjas con toda su fibra tampoco parecen ser enemigas del colectivo diabético.

8. «El zumo de naranja, si no te lo bebes rápido, pierde las vitaminas»

Esta es una frase mítica entre las madres de mi generación que aún pervive, y aunque me parece de lo más entrañable, según Irene Bretón tampoco es del todo cierta, ya que el tiempo influye en la pérdida de vitaminas del zumo de naranja menos de lo que nos pensamos. Eso sí, conviene no exponerlo a la luz, ni a temperaturas superiores a los 100ºC.

luchadores de sumo
A estos señores también les gusta mucho el sumo, y rara vez se constipan.

Otra leyenda urbana absolutamente instaurada en nuestro ideario gastronómico-nutricional y que podrías ser perfectamente la novena mentira acerca del zumo de naranja, es la imposibilidad de mezclar leche con naranja en zumo, debido al supuesto perjuicio que nos provocaría el hecho de que la leche se corte. A este respecto, como bien se explica en este artículo, si bien es cierto que la leche se corta en nuestro estómago al entrar en contacto con el ácido de la naranja o con cualquier otro ácido (vinagre, limón, etc.), esto no tiene ninguna consecuencia en nuestra digestión. De hecho, los propios ácidos de nuestros estómagos -mucho más potentes que los de cualquier cítrico- provocan de forma natural que la leche se corte durante el proceso digestivo. Es más una cuestión estética.

¿Qué os ha parecido? ¿Estáis de acuerdo? Como ya os veo lanzados, os invito a leer también este artículo dedicado a las 5 grandes mentiras sobre comida. ¡Espero vuestros comentarios!

Foto: Sirsnapsalot

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Ricardo Ojalvo

Se define a través de sus recetas y artículos como un consumidor consciente y un amante de la cocina dominado por la curiosidad, comprometido con la causa de los platos fáciles, rápidos, ricos y sanos. Su pasión de eterno aprendiz es la sal de sus publicaciones, y su humor, la pimienta.