Se acabó decir eso de «vives peor que un perro», o por lo menos en Londres. Porque en plena capital del Reino Unido, cualquier perro con hambre pudo pasarse por Lily’s Kitchen, por lo menos durante unos días, y comer totalmente gratis. Y nada de pienso barato, eso es para los perros con clase. A estos afortunados sólo se les sirve unos deliciosos bocadillos orgánicos, en su mesa con su mantel y servicios, mientras serviciales camareros les atienden, les cuenta cuentos, ¡y hasta le acarician la panza después de comer!

