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Mucho cuidado con los piñones chinos

Los piñones son un fruto seco bastante caro y muy apreciado en cocina, tanto por su sabor, como por sus excelentes propiedades nutricionales. Por su alto contenido en calcio y magnesio, la ingesta de piñones es recomendada en personas con osteoporosis o con descalcificación; por su rico aporte en ácidos grasos mono y poliinsaturados, son ideales para combatir el colesterol; y por las muchas calorías y por el hierro que contienen, son perfectos para deportistas o para personas en estados carenciales.

Sin embargo, los numerosos casos de indigestión y de alteración de la capacidad gustativa que se han detectado en los últimos años en todo el mundo en personas que habían consumido piñones, han generado una alarma social que ha dejado su huella en multitud de foros de consumidores en Internet.

Según lo que he podido investigar (os recomiendo este artículo en The Telegraph, en inglés), parece ser que muchos importadores de piñones en Europa, seguramente con el fin de abaratar el producto o de multiplicar sus ganancias, han importado piñones procedentes de China de una especie que no es apta para el consumo (la pinus armandii), y que además de ser indigestas, son causantes de un mal sabor de boca muy intenso (los afectados lo definen como «a resina» o «a metal») que puede durar varios días.

Lo cierto es que, aunque parezca extraño, esta variedad de piñones está admitida por las leyes que regulan la seguridad alimentaria en la UE (artículo 14 del Reglamento 178/2002). No obstante, a tenor de los acontecimientos, desde 2001, año en que se detectaron los primeros casos, las autoridades sanitarias han creado una lista de proveedores de piñones chinos autorizados (que poco o nada aporta a los consumidores, al no especificarse dicha información en las etiquetas de las bolsas de piñones, y por estar incluidos  éstos en muchos productos elaborados como tartas, platos precocinados, etc.).

Pero la introducción el el mercado de productos chinos no es una excepción. En este artículo analizo en profundidad el caso de los muchos alimentos importados de China que invaden los supermercados. En el caso de los piñones se da el agravante de tratarse de un producto no apto para el consumo, pero como podéis comprobar por vosotros mismos, se pone de manifiesto la diferencia de calidad del producto nacional frente al importado de China, confirmándose una vez más, y sobre todo cuando se trata de alimentación, que lo barato puede salir muy caro.

Foto: Greencolander

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Ricardo Ojalvo

Se define a través de sus recetas y artículos como un consumidor consciente y un amante de la cocina dominado por la curiosidad, comprometido con la causa de los platos fáciles, rápidos, ricos y sanos. Su pasión de eterno aprendiz es la sal de sus publicaciones, y su humor, la pimienta.