Hay 365 días al año y un millón de formas de decir «te amo», y porque te quiero hasta la luna y vuelta, hoy te lo voy a decir con corazones de tomate cherry.
Te amo, y temo resultar repetitivo, pues hace un año te amé con tulipanes de tomate y queso, y este año te amo con corazones de tomate cherry, pero sé que ésta es sólo una de las grandezas del hecho de querer: la misma flor, los mismos tomates o los mismos «te quiero», pueden ser siempre iguales pero son diferentes cada vez.
Mis «te quiero» de hoy están impregnados de todos tus gestos de ayer y de los de hace un rato: de los maravillosamente minúsculos detalles que sólo yo percibo, y del latido a latido de la pequeña máxima expresión de nuestra historia que ya se ha echado a andar.
Te amo, y me gusta pensar que cada uno de los bocados que les darás a mis «te quiero» con esencia de licopeno viajarán a lo más profundo de ti, transmitiéndole parte del secreto de nuestro amor a la nueva máxima expresión de nuestra vida juntos que crece ya en tu seno.
Te amo y no voy desperdiciar ni una sola ocasión para decírtelo. Te lo dije ayer, te lo diré mañana y no faltaré a mi cita tampoco este 14 de febrero aduciendo a los argumentos desfasados del rebelde que fui, cuando en el empeño de no rendir pleitesía a San Valentín y a toda su cohorte de corteingleses beneficiarios de mis ganas de querer, me perdí durante años la posibilidad de ver también en este día tu precioso rostro enrojecido al decirte que te quiero.
Te amo y no te amaría si me sintiera incómodo al quererte también este día, porque lo difícil sería pretender no quererte y no acabo de entender quién sacaría partido de mi negativa a gastar un «te quiero» más contigo, o dos, o tres.
Y dicho esto, vamos a lo que vamos, no sea que se me enfade la parroquia…
Cómo hacer corazones con tomates cherry
Sólo hay que hacer el corte en el sitio preciso para hacer esta original ensalada de corazones. Es muy fácil, pero es posible que necesites sacrificar un par de tomates antes de conseguir tu primer corazón perfecto. O eso, o que yo soy un merluzo, y lo segundo es bastante cierto.
Material necesario (para 5 corazones de tomate cherry):
- 10 tomatitos cherry pera de la misma forma y tamaño cada par
- 5 palos de brocheta de madera
- Cartulina o cartón
- Orégano, aceite de oliva virgen extra y sal (opcional)
Procedimiento:
- Corta los palos de un tamaño de unos 10 cm.
- Dibuja sobre la cartulina y recorta la cola de la flecha.
- Haz una raja en el extremo de cada palo opuesto a la punta de flecha, y sujeta la cola en la hendidura.
- Coge dos tomates cherry de tamaño y forma muy similar, haz un corte oblicuo en el extremo del pedúnculo de cada uno de ellos.
- Une los dos tomates por la parte cortada para obtener la forma del corazón.
- Pincha los tomates en la flecha con mucho cuidado.
- A la hora de servir la ensalada de corazones de tomate, espolvorea si quieres un poco de sal y orégano, y riega con unos hilos de aceite de oliva virgen extra.
El resultado es la que sin duda se habrá convertido desde hoy en la ensalada preferida de Anne Igartiburu (que sé que nos lee).
Eso sí, son tan adictivamente fotogénicos los corazones de tomatitos cherry, que os recomiendo que no cometáis la imprudencia que yo cometí de esperar a la noche para elaborarlos, y quedaros así sin una luz natural en condiciones que os permita sacarle el máximo partido a vuestra réflex. Si los queréis para la cena, hacedlos por la mañana si pretendéis daros el gustazo de echarles unas fotos.
Por cierto, he visto que en Carrefour venden tomatitos cherry de varios colores. No lo he probado, pero tal vez sea buena idea combinarlos y hacer corazones de tomates cherry naranjas, amarillos, rojos, verdes, etc. Lo imprescindible para lograr la forma de corazón, es que sean tomates cherry pera.
¡Hasta mañana, corazones! 🙂
¿Te he dicho que te amo?
Precioso texto, menudo poeta estás hecho!
¡No me vaciles, Nerea! 😛 Escribir esto es hacer de espejo de la realidad; sólo hay que empaparse de ella y el mensaje fluye solo. No tiene mérito.
Para poeta, mi amigo Calico. 🙂
Madre mia, qué precioso texto, y que magestuoso mensaje!! Qué afortunada esa a la que tanto amas!! Feliz San Valentín!!
El día 15 de febrero tendrás entonces que publicar algo para bajar el azúcar, porque te has puesto de un dulce (y digo dulce por no decir empalagoso)… 😛
No te pongas celosón, Manu. Y no te hagas el duro, que eso ya no se lleva… Además, todos sabemos que guardas como oro en paño los deuvedé de las series completas de «Topacio», «Cristal», «La loba herida» y «Agujetas del color de rosa» 🙂
Felicidades a ella por inspirarte de ese modo.
Felicidades a los dos por vuestras historias. ☺️
Gracias a ti y a tu blog por inspirarme.
Gracias a ti por leerme y por comentarme 😉
Seguro que adivinas quien me dijo una vez…» si quieres que te quieran, pon corazón…, si quieres que te quieran mejor, pon mucho más corazón…» Has aprendido muy bien el arte de amar de los mejores maestros que se pueden tener…Feliz San Valentín!!
Y creo a pies juntillas en ese principio, aunque también soy consciente de que hay quienes exponen en exceso sus corazones al desgaste ante la incapacidad para valorar el gesto del destinatario del mismo. En esos casos, yo recomiendo medir mucho el corazón que se pone. Un beso.
Sinceramente Ricardo… me has dejado sin saber qué decir (y ya es difícil)… Precioso.
Tú también eres preciosa 🙂