
Rigurosamente hablando, la lecitina de soja es la fosfatidilcolina del aceite de soja; es decir, una molécula que interviene en la formación de las membranas celulares. Aparte de los beneficios ya mencionados de la lecitina de soja relacionados con la disminución del colesterol malo (o plasmático), paralela a un aumento del colesterol bueno (o HDL), hay otras propiedades de este complejo de fosfolípidos que lo convierten en un producto aconsejable en la dieta de personas de todas las edades y condiciones: prevención de ciertos tipos de cánceres (por su rico contenido en fitoestrógenos), protección del hígado al disminuir la filtración al mismo de grasas y de otras sustancias nocivas, mejora de la concentración, la memoria, y la capacidad de aprendizaje; embellecedor de la piel (debido a su gran aporte de antioxidantes), moderador de los efectos de la menopausia, etc.
Existen multitud de recetas de cocina con soja, pero en forma de granulado, la lecitina de soja en concreto es empleada comúnmente en cocina en ensaladas, en recetas de pan, o como complemento de diferentes salsas. Lo que está claro es que, de una forma o de otra, la lecitina de soja tiene propiedades científicamente probadas altamente beneficiosas para tu salud, que no podes obviar si te quieres querer aún un poquito más de lo que ya lo haces. ¿Porqué no empiezas hoy mismo?
