
Si hablamos del verano, ya que es la estación que nos ocupa, nos encontramos que están en pleno apogeo frutas como el aguacate, el albaricoque (cómelos rápido, que a finales de Agosto se terminan), las brevas a principio de verano y los higos a finales, las cerezas a principio de verano, las ciruelas, kiwis, mangos, manzanas, melocotones, el dulce melón, empiezan a salir los primeros membrillos, las nectarinas, las paraguayas (estas nos son tan conocidas, pero las meto yo porque me encantan, jeje), algunas variedades de peras, la piña, el plátano y la sandía.
Si hablamos de las verduras, nos encontramos con berenjenas, calabazas y calabacines, cebollas, judías verdes, lechugas, nabos, patatas (es la temporada de patata nueva), pepinos, pimientos (el rojo es más de finales de verano y el verde de principios), puerros, remolacha, tomates (por fin suelen saber a algo) y dulces zanahorias.
Si además de productos de temporada, consumes productos locales, estarás contribuyendo también, a que no haya aumento en las emisiones de CO2, ya que se disminuye considerablemente el transporte. Ayudarás a que tu zona tenga actividad comercial y con ello desarrollo.
El sabor y las propiedades nutricionales entran de nuevo a escena al hablar de productos locales, ya que un alimento que se transporta cientos de kilómetros pierde sabor en el camino, nutrientes y textura. Además, suelen ser tratados con más productos químicos para que soporten mejor el transporte y son recogidos mucho antes de madurar (por eso no saben casi nunca a nada). Los alimentos locales normalmente son cosechados casi en su punto de maduración o ya maduros… Si se compra en los mercados puede que las frutas y verduras hayan sido recolectadas en ese mismo día, lo que es casi una garantía de buen sabor y buena nutrición.
Foto: Mataparda
